Antonia, acabas de dejar atrás la tensión de los exámenes de acceso a la universidad y ya estás estudiando de nuevo; en este caso, medicina. ¿No es demasiada presión?
Un poco. Pero siempre he tenido facilidad para recordar datos que me interesan de verdad. Ya me pasaba en la escuela: no me olvido de las cosas con facilidad, sobre todo si puedo escribirlas mientras escucho, como en clase.
¿Te pones nerviosa antes de los exámenes?
La verdad es que no: siento que doy lo mejor de mí misma bajo presión. A veces comienzo a estudiar un poco tarde, y eso es algo que debería mejorar. Pero ser médica acarrea el tener que trabajar en entornos estresantes, así que quizás no sea mala idea acostumbrarse.
¿Cuándo decidiste que la medicina era lo tuyo?
Siempre he querido ser médica: hacer algo con significado, que ayude a la gente. El cuerpo humano me fascina. Es un sistema perfecto, en el que todas las partes se coordinan con armonía. En cierto modo, es como el mecanismo de un buen reloj.