Centro de competencia relojera desde 1845: en Glashütte se fabrican relojes como en ningún otro sitio en el mundo. NOMOS Glashütte celebra este aniversario con tres versiones en edición limitada de un clásico entre sus relojes.

Glashütte, julio de 2020

Números romanos, finos índices y un ferrocarril en su minutería, o dicho de manera más elegante en el francés técnico de la relojería: chemin de fer. Todo ello en una caja plana y refinada con forma de reloj de bolsillo: NOMOS Ludwig no podría ser más clásico. Es un reloj para personas que aprecian lo tradicional. Es por ello que ahora NOMOS ha creado una edición especial de este clásico para celebrar la tradición relojera de Glashütte, que tuvo sus comienzos hace 175 años en los montes Metálicos situados en el este de Alemania: tres versiones en edición limitada respectivamente a 175 ejemplares y reguladas con valores cronométricos.

Detalles especiales como un guiño al pasado

Para NOMOS Glashütte también se trata de detalles fuera de lo común que hacen que estos tres modelos resulten incluso más clásicos. Por una parte, las tres versiones cuentan con una brillante esfera esmaltada blanca que recuerda a los relojes de bolsillo de antaño. La tecnología de hoy en día hace que sea inquebrantable y por lo tanto más resistente e incluso más bella. Igualmente especiales son las agujas ovales con histórica forma feuille, es decir, de hoja, y por supuesto que con templado azul conforme a lo que exige la tradición de Glashütte. De este modo aseguran que estos relojes sean particularmente bien legibles. El fondo de cristal de zafiro lleva un grabado de edición limitada con el añadido «175 Years Watchmaking Glashütte».